Un enterrament original

Un enterrament original

I ara una de diables. Però no us penseu que parlaré d’un cercavila, un correfoc o un seguici de festa major. Avuí descobrirem un enterrament singular que va succeir a Porrera (El Priorat ) a l’any 1869, en ple període revolucionari.

La noticia va arribar-me des del Bloc La Teiera de Salvador Palomar, que per cert recomano per els continguts que hi trobareu. Encuriosit per els fets i fetes les gestions pertinents, pocs dies després l’autor del bloc em facilitava la noticia complerta del diari Diario de Tarragona del 25 de setembre de 1869.

Anem als fets. Mentre se celebrava la festa major de Porrera de 1869, va morir l’aleshores home més vell del poble. Tenia 93 anys, era un convençut republicà, i es veu que havia manifestat algun cop el desig de ser acomiadat d’aquest món pel ball de diables. El seu desig va ser satisfet i El Diario de Tarragona va recollir els detalls del fet que recollim literalment.

“… La singularidad estuvo en lo que ocurrió con motivo de la rara contigencia de haber muerto en la primera fiesta el mas anciano del pueblo de 93 años en ocasión que pudieron cumplirse los deseos que habia manifestado varias veces de ser acompañado á la última morada con una danza de diablos. A cosa de las ocho de la mañana el cortejo fúnebre aguardaba en la plaza la hora de la marcha y á poco rato tuvo lugar esta, precedida del cura con su acólito que llevaba la cruz y contestaba a las preces de aquel. Enseguida iba la danza de Valencianos con su peculiar música de tamboril y dulzaina, la de los hijos del pueblo en un continuo tiroteo y los diablos parodiando á los coribantes circulan al feretro no cesando de bailar y disparando carretillas convirtiendo en una orgia el acto mas sombrio que la humanidad presencia. Un lucido acompañamiento de parientes , amigos y correligionarios suyos cerraban la marcha. Al llegar a la iglésia el cura dandose pos cumplido se retiró, y el tan solemne cortejo siguió hasta el cementerio donde por conclusión se le hicieron los honores descargas de carretillas que dispararon ños diablos colocados á lo alto de las paredes del lugubre recinto…”

Tot un espectacle. Un veritable comiat popular, republicà i festiu. I així acabava el cronista: «Séale la tierra ligera al bisabuelo republicano.»